Bienestar docente
El bienestar docente va más allá de la salud individual; abarca la forma en que los docentes se sienten y funcionan en sus funciones profesionales, influidos por sus emociones, actitudes y percepciones de su trabajo. El INEE define el bienestar docente desde un punto de vista socioecológico, haciendo hincapié en que está determinado por factores interconectados a nivel individual, escolar, comunitario y político. Para ser eficaces, los recursos y las intervenciones deben localizarse y desarrollarse en colaboración con los propios docentes.
Centrarse en el bienestar en la educación
A medida que las crisis humanitarias se agravan y evolucionan, abordar el bienestar humano a través de la educación se ha convertido en una prioridad urgente. Tanto para estudiantes como para docentes, el estrés, la ansiedad y la inestabilidad de los contextos de crisis perturban el aprendizaje y obstaculizan el potencial transformador de la educación. Apoyar tanto a estudiantes como a educadores es fundamental para restablecer la esperanza y la resiliencia en tiempos y entornos tan difíciles.
Aunque la educación se centra sobre todo en el bienestar de niños, niñas y jóvenes, el bienestar docente es igualmente esencial. Los docentes de las zonas afectadas por crisis trabajan a menudo en condiciones difíciles y con recursos mínimos. Asumen múltiples funciones -educadores, consejeros y líderes comunitarios- al tiempo que afrontan el coste personal de vivir ellos mismos una crisis. Apoyar el bienestar docente no es sólo un imperativo moral, sino también la clave para fomentar un entorno de aprendizaje positivo para los estudiantes.
Para obtener información adicional sobre docentes, visite la Colección de recursos para docentes. Para información adicional sobre Salud Mental, Apoyo Psicosocial y Aprendizaje Social y Emocional, visite la Colección de Recursos SMAPS-ASE.