Género
El impacto y la experiencia de las situaciones de emergencia es profundamente distinto para niñas, mujeres, niños y hombres. Todos ellos afrontan diferentes amenazas y riesgos, y tienen distintas respuestas y mecanismos de defensa para lidiar con los efectos de la crisis y el desplazamiento.
Las emergencias pueden provocar la pérdida de los medios de subsistencia y cambios en los roles sociales. Las dinámicas de poder dentro de las familias, comunidades y sociedades fluctúa a menudo y pueden cambiar el estatus de los hombres y las mujeres. En tales contextos, las necesidades educativas cambian y surgen distintas barreras para los niños y niñas, y estas últimas generalmente experimentan mayores desventajas. Cuatro de los cinco países que tienen las mayores brechas de género en educación están afectados por conflictos, y las niñas que viven en situaciones de crisis tienen dos veces y media más probabilidades de no asistir a la escuela primaria y un 90 % más de probabilidades de no asistir a la secundaria que las que se encuentran en entornos más estables.
Las niñas se enfrentan a múltiples amenazas para acceder a una educación segura y de calidad, como los ataques selectivos a las escuelas de niñas, la violencia de género relacionada con la escuela, el mayor riesgo de matrimonio y embarazo precoces, la menor disponibilidad de servicios de salud sexual y reproductiva, y la mayor carga de trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. Debido al incremento de los costos de la escolarización infantil en situaciones de fragilidad, las niñas adolescentes se encuentran particularmente en desventaja con respecto a los niños: la educación no suele considerarse como una inversión. Muchos de estos retos se han visto agravados por crisis emergentes y prolongadas como la pandemia del COVID-19 y la crisis climática. A nivel mundial, es posible que más de 11 millones de niñas no vuelvan a la escuela después de la pandemia; otros 10 millones de niñas corren el riesgo de contraer matrimonio infantil durante la próxima década; y pueden producirse dos millones de casos adicionales de mutilación genital femenina.
Los hombres y los niños también están expuestos a numerosas amenazas que pueden obstaculizar las oportunidades educativas. El conflicto puede tener un impacto mayor en la educación de los niños en ciertos contextos en los que tengan más probabilidades de ser reclutados para las fuerzas armadas o presionados para buscar un trabajo remunerado.
Los cambios en las relaciones y los roles de género observados después de las crisis ofrecen la oportunidad de potenciar tales dinámicas y establecer nuevos precedentes para la equidad de género. De hecho, la investigación mundial muestra que el conflicto es menos probable en contextos en los que existe equidad de género en lo que respecta a la media de años de escolarización. Además, las prácticas prometedoras emergentes muestran que cuando la educación está disponible de manera equitativa y es de buena calidad, relevante y sensible a los conflictos y el género, puede romper ciclos de conflicto y violencia, redefinir las normas de género y promover la tolerancia y la reconciliación.
Los compromisos mundiales reflejan la creciente prioridad de la igualdad de género, así como de la educación en situaciones de conflicto y crisis, a través de los ODS, el Marco de Acción de Educación 2030, la Cumbre Humanitaria Mundial, la Declaración de Charlevoix de 2018 sobre la educación de calidad y la Declaración de 2021 sobre la educación de las niñas. Sin embargo, es fundamental una mayor inversión, como mínimo, en la programación de la educación en emergencias (EeE) con perspectiva de género, siendo la transformación de género un objetivo al que se aspira. Las partes interesadas de la comunidad de la EiE están trabajando para entender las condiciones necesarias y cómo medir la transformación de género en la EiE, y permitir que todos los niños y jóvenes contribuyan a promover sociedades pacíficas, igualitarias y prósperas.
Es esencial una mayor inversión en las prácticas prometedoras emergentes sobre estrategias específicas para implementar la Educación en Situaciones de Emergencia (EiE, por sus siglas en inglés) con una perspectiva de género, para permitir que lo niños, niñas y jóvenes contribuyan a promover sociedades pacíficas, prósperas y más equitativas en términos de género.
Mensajes clave
- Es urgente incrementar la inversión en la educación de las niñas en contextos afectados por conflictos como un componente esencial para alcanzar los ODS.
- Las políticas y los programas de EeE que no tienen en cuenta las necesidades específicas de género de las niñas, niños y no conformes con el género corren el riesgo de exacerbar las desigualdades preexistentes en la educación.
- Cuando la educación está disponible de manera equitativa y es de buena calidad, relevante y sensible al conflicto y al género, puede ser transformadora y promover paz y estabilidad. Una educación de calidad puede dotar a las niñas de los conocimientos necesarios para apoyar la recuperación, el crecimiento económico, la paz y la estabilidad de un país.
- Los niños y niñas en países afectados por un conflicto tienen mayor riesgo de sufrir violencia de género en el entorno escolar.
- El conflicto es menos probable en contextos donde existe equidad de género en lo que respecta a la media de años de escolarización.
- Cuatro de los cinco países que tienen las mayores brechas de género en educación están afectados por conflictos.
- Nueve de los diez niveles más bajos del mundo en cuanto a equidad de género en rendimiento escolar se encuentran en estados frágiles.
- Durante el cierre de las escuelas, las niñas experimentan serios problemas para acceder a la tecnología y a los recursos para el aprendizaje a distancia, lo que agrava aún más las brechas de aprendizaje. Durante la pandemia del COVID-19, se estima que 222 millones de niñas de todo el mundo no pudieron acceder a la enseñanza a distancia digital y por radio.
- Es necesario actuar urgentemente para minimizar la pérdida de aprendizaje durante y después de los desastres relacionados con el clima. Se calcula que cuatro millones de niñas de países de renta baja y media-baja no podrán completar su escolarización debido a los impactos del cambio climático.
Para expandir la equidad de género en la EeE, las partes interesadas están trabajando para integrar los servicios y las estrategias de igualdad de género en la política y la programación de la EeE. Consulte las prácticas prometedoras emergentes aquí y las orientaciones operativas aquí.
Para más información sobre las iniciativas de género de la INEE y los espacios de la red, visite nuestra página temática de género.
Esta colección se ha elaborado con el apoyo de Emilie Rees Smith, Directora del Programa Mundial Skills4Girls de UNICEF, y se ha actualizado con el apoyo de Lauren Gerken, Coordinadora de Género de la INEE, y del Equipo de Tareas de la INEE sobre Género.