Educación para Refugiados
La educación es crucial para niños, niñas y jóvenes refugiados. La Agenda 2030 y el Convenio Mundial para los Refugiados 2018 solicitan que todos los niños, niñas y jóvenes desplazados por la fuerza (incluyendo a los refugiados, las personas que buscan asilo y las personas desplazadas internas) tengan acceso a una educación inclusiva, equitativa y de calidad.
La Agenda 2030 y el Convenio Mundial para los Refugiados (GCR, por sus siglas en inglés) hacen hincapié en la importancia de la igualdad de acceso a educación de calidad para todos los niños, niñas y jóvenes desplazados por la fuerza1 y a sus comunidades de acogida, independientemente del estatus legal, género o discapacidad.
Al final del 2018, hubo más de 70 millones de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo; 25,9 millones eran refugiados con la mitad siendo menores de 18 años. Más del 78 por ciento de estos refugiados viven en el exilio, en el sur de Asia, el Oriente Medio y África, muchos durante el tiempo que sea necesario para completar la educación primaria o secundaria. Por lo tanto, la educación de las personas obligadas a huir debe planificarse teniendo en cuenta situaciones prolongadas.
La educación de los refugiados no debe ser una intervención de crisis, a corto plazo, que dependa de una financiación impredecible e insostenible.
El GCR subraya la importancia del apoyo de los socios humanitarios y de desarrollo para los gobiernos, de modo que puedan fortalecer los sistemas educativos nacionales, en sus países, para beneficiar a todos los niños, niñas y jóvenes, incluidos los refugiados, solicitantes de asilo, retornados y estudiantes apátridas, para fomentar la autosuficiencia y integración exitosa, dentro de la comunidad de acogida. Este enfoque se basa en las tendencias de prolongación de los refugiados, así como también en el consenso mundial y regional de que la educación para los refugiados, al igual que la de los niños y niñas en todas partes, es un servicio social, de mediano a largo plazo, que debería ser incorporado dentro de los sistemas nacionales, en lugar de ser una intervención en crisis, a corto plazo paralela, que depende de un financiamiento insostenible e impredecible.
La inclusión en los sistemas educativos nacionales crea las condiciones para que todos los niños, niñas y jóvenes, incluidos los refugiados, los solicitantes de asilo, los repatriados y los apátridas, reciban educación acreditada por las autoridades nacionales y reconocida, a través de procedimientos de equivalencia regional. La participación, en los sistemas de educación de los países de acogida, facilita la transición, por medio de los niveles educativos. Esto se ha vuelto especialmente crucial, para los jóvenes, en los niveles post-primaria, donde la falta de certificación de las escuelas primarias de los países de acogida ha creado obstáculos, para entrar en la educación secundaria, la educación y la formación técnica y profesional, oportunidades y la educación terciaria, las cuales contribuyen a la autorealización y a la autosuficiencia.
Para que la inclusión sea exitosa, es necesario que los sistemas educativos respondan y sean resilientes, ante las crisis. Por ello es importante que:
- El desplazamiento forzado se aborde en las políticas del sector educativo;
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En caso de crisis se han puesto en marcha protocolos de acción humanitaria y planes de contingencia alineados con la planificación sectorial;
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Los gobiernos y los donantes para el desarrollo apoyan estructuras de financiación flexibles, que pueden absorber y asignar fondos adicionales a las regiones afectadas por la crisis, una vez que la financiación humanitaria comience a disminuir.
También es importante que los refugiados y otras poblaciones de interés estén representados en todas las etapas de planificación del sector de educación, desde la evaluación hasta la planificación y el análisis, para que se identifiquen sus necesidades y se las tenga en cuenta.
¿Quién es un refugiado?
Los refugiados son personas que huyen de conflictos y persecuciones. La ley internacional los define y los protege y no deben ser expulsados o devueltos a situaciones en donde su vida o su libertad se vean amenazadas.
Mensajes Clave
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A nivel mundial, el 92% de los niños y niñas están matriculados en la escuela primaria, el 84% en la secundaria y el 37% en educación terciaria. En 2017, solo el 61% por ciento de niños y niñas refugiadas estaban matriculados en la escuela primaria, solo el 23% en la escuela secundaria y apenas el 1% en educación terciaria.
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La educación es un derecho humano básico, consagrado en la Convención sobre los Derechos de la Niñez de 1989 y la Convención de Refugiados de 1951.
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La educación reduce el riesgo de reclutamiento forzoso, el trabajo infantil, la explotación sexual y el matrimonio infantil, entre otros riesgos.
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La educación proporciona un lugar seguro para que los niños, niñas y jóvenes refugiados aprendan y se relacionen, de manera significativa con sus compañeros, dentro de la rutina normal de un aula.
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La educación también fortalece la resiliencia de la comunidad y les brinda a los estudiantes conocimientos y aptitudes, para encontrar soluciones a largo plazo.
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La educación empodera a los refugiados al brindarles conocimiento y habilidades para vivir vidas productivas, plenas e independientes.
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La educación ayuda a los refugiados a ser auto-suficientes, lo que les permite aprender sobre sí mismos y sobre el mundo que les rodea, mientras se esfuerzan por reconstruir sus vidas y comunidades.
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La falta de documentos y recursos financieros, la disponibilidad limitada de escuelas (especialmente secundarias) y la xenofobia son algunas de las razones principales que evitan que los refugiados accedan a la educación.
Estadísticas Clave:
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Más de 3,7 millones de refugiados de todo el mundo no asisten a la escuela.
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El 50% de los refugiados no tienen acceso a la educación secundaria. Si todos los adultos completaran la educación secundaria, 420 millones de personas podrían salir de la pobreza.
Para ver vídeos e imágenes relacionados con la situación de los refugiados de todo del mundo, ir a la biblioteca de medios para los refugiados de ACNUR.
Esta recopilación fue desarrollada con el apoyo de la Sección de Educación del ACNUR, Copenhague.