Prevenir el extremismo violento
La cantidad de ataques de extremismo violento que se cometen en el mundo ha aumentado considerablemente en los últimos años. Y hay más que nunca ataques a escuelas y a estudiantes.
La educación tiene dos "caras": la educación puede promover la inclusión, fortalecer la cohesión social y desarrollar una ciudadanía más comprometida. Por el contrario, también puede exacerbar las tensiones y divisiones existentes, reproducir estructuras de exclusión y de desigualdad, y promover prácticas nocivas y comportamientos violentos. Por lo tanto, las iniciativas educativas deben mirar tanto dentro como fuera del aula para abordar las causas subyacentes que contribuyen a distintas formas de violencia y extremismo violento.
El extremismo violento se refiere al uso de la violencia en consonancia con un compromiso ideológico para lograr objetivos políticos, religiosos o sociales. Estos actos violentos pueden ser llevados a cabo por cualquier individuo o grupo de diversas creencias e ideologías.
Una forma de conceptualizar los factores que pueden conducir al extremismo violento es la idea de "expulsar" y "atraer" influencias:
- Los "factores de expulsión" pueden incluir: marginación, desigualdad, discriminación, persecución o percepción de la misma, negación de derechos y libertades civiles, y también agravios ambientales, históricos o socioeconómicos, ya sean reales o percibidos.
-
Los "factores de atracción", por el contrario, pueden alimentar el atractivo del extremismo violento a nivel individual y psicosocial. Por ejemplo, los grupos extremistas violentos pueden ser una fuente de servicios y empleo. Los grupos pueden atraer nuevos miembros al proporcionar salidas para los agravios, promesas de esperanza y justicia, y un sentido de propósito. Este entorno social se puede convertir en un factor importante de atracción para los jóvenes, ya que los grupos extremistas les ofrecen un sentido de aceptación y validación (UNESCO, 2016).
-
Sin embargo, aún no hay evidencia clara de si, cómo y de qué forma estos factores de expulsión o atracción pueden influir en las decisiones de las personas para unirse a grupos extremistas o cometer actos violentos.
La Prevención del Extremismo Violento (PVE) se refiere a un método que tiene como objetivo abordar las causas subyacentes del extremismo violento mediante enfoques no coercitivos.
Algunos ejemplos de cómo la educación puede ayudar a prevenir el extremismo violento y a abordar "factores de expulsión y de atracción" son:
- Plan de estudio: los planes de estudios deben fomentar múltiples puntos de vista y desarrollar habilidades de pensamiento crítico.
-
Docentes, escuelas e instituciones educativas: Los docentes contratados deben representar una amplia gama de grupos sociales y étnicos, y diferentes puntos de vista dentro de una sociedad. Las escuelas deben crear una atmósfera de tolerancia y armonía, establecer lazos con la comunidad y con instituciones religiosas y políticas, y proporcionar un espacio seguro para todos, incluidas las minorías.
-
Niños, niñas y jóvenes: La educación debe incluir las voces de niños, niñas y jóvenes, y darles poder sobre sus propias vidas. La educación debe apoyar a cada niño y niña como individuos con opiniones, necesidades y aspiraciones.
-
Lugares seguros: las escuelas deben ser lugares seguros para debatir opiniones diferentes, y entornos confiables en los que descubrir nuevas ideas y habilidades.
- Acceso: El acceso a la educación debe ser universal. El estatus socioeconómico no debe ser una barrera para una educación de calidad. Tampoco deben serlo el género, la etnia o el idioma.