Protegiendo la Educación de los Ataques
Los ataques a la educación son cualquier amenaza o uso intencional de la fuerza llevada a cabo por grupos armados estatales o no estatales por razones políticas, militares, ideológicas, sectarias, étnicas, religiosas o criminales contra estudiantes, educadores o personal educativo, al momento de entrar/salir de una institución educativa u otro lugar debido a su condición de estudiantes o educadores. Incluye el secuestro, el reclutamiento de niños soldados, el trabajo forzado, la violencia sexual, los asesinatos selectivos, las amenazas y el hostigamiento, y otros delitos. Los saqueos reales o amenazas de saqueo, la confiscación, la ocupación, la clausura y la demolición de las instalaciones educativas por parte de grupos armados puede desalojar a los educadores y a los estudiantes, negando a los estudiantes el acceso a la educación.
Los ataques a la educación violan el derecho a la educación y otros derechos humanos internacionalmente protegidos aplicables en todo momento. Durante las situaciones de conflicto armado, los ataques a la educación pueden violar el derecho internacional humanitario y penal y constituir crímenes de guerra.
Los ataques a estudiantes, educadores e instituciones educativas pueden tener un impacto devastador en el acceso a la educación y a los sistemas educativos y en el desarrollo general de una sociedad a largo plazo. Los impactos documentados en los países afectados incluyen lo siguiente: muerte, lesiones y destrucción, disminución de la asistencia, la fuga de docentes y el deterioro de la calidad de la educación, cierre temporal o permanente de escuelas, impacto desproporcionado en las niñas y los grupos excluidos, impactos del uso militar de las escuelas, disminución a largo plazo del acceso a la educación y debilitamiento de los sistemas educativos, impactos en el desarrollo.
La seguridad de todas las escuelas debe ser una prioridad, para garantizar la continuación de la educación, en situaciones de emergencia.