Promoción y protección de los derechos humanos: cuestiones de derechos humanos, incluidos otros medios de mejorar el goce efectivo de los derechos humanos y las libertades fundamentales
En el presente informe, la Relatora Especial examina la forma en que el derecho a la educación contribuye a la prevención de crímenes atroces y violaciones masivas o graves de los derechos humanos. Destacando que la educación desempeña un papel fundamental en todas las etapas de la prevención, la Relatora Especial subraya el potencial preventivo particularmente contundente del derecho a la educación en las etapas tempranas, antes de que se hagan evidentes las señales de alerta. Ese papel debe vincularse con los propósitos de la educación y el derecho a una educación inclusiva y equitativa de calidad establecidos en los instrumentos internacionales.
La paz, la aceptación del “otro”, el respeto de la diversidad cultural, la participación de todas las personas en el desarrollo de la sociedad y de una educación adecuada y adaptada a las necesidades específicas de las personas en su propio contexto son objetivos de la educación que han reconocido ampliamente los Estados y los mecanismos de derechos humanos en los planos internacional y regional. Sin embargo, no se otorgan a la educación la importancia ni la financiación que merece y que necesita para desempeñar esas funciones.
La Relatora Especial, destacando las circunstancias en que las escuelas pueden convertirse en instrumentos de división y sentar las bases para el estallido de futuros conflictos violentos, presta especial atención a una serie de medidas relativas a la organización de los sistemas escolares, la pedagogía y los valores y conocimientos que se deben transmitir a los alumnos y que son cruciales desde el punto de vista de la prevención. Propone un marco educativo (conocido en inglés como “marco ABCDE”) que abarca los aspectos interrelacionados de la educación que es necesario promover para aprovechar al máximo el potencial preventivo del derecho a la educación. En concreto, la educación debe fomentar la aceptación de uno mismo y de los demás; un sentimiento de pertenencia a la sociedad; el pensamiento crítico; la diversidad; y la capacidad de los alumnos de sentir empatía por los demás. El derecho a una educación inclusiva y equitativa de calidad debe tomarse en serio y considerarse prioritario, si los Estados y otras partes interesadas se muestran firmes en su determinación de prevenir los conflictos violentos, los crímenes atroces y las violaciones masivas o graves de los derechos humanos.