Agua, Saneamiento e Higiene (WASH)
WASH es el término genérico para el acceso al agua, el saneamiento y la higiene. El agua limpia es solo una parte de la estrategia general para obtener cambios duraderos en la salud en las comunidades y en situaciones de emergencia. Para lograr mayores beneficios para la salud y eliminar virtualmente las enfermedades transmitidas por el agua, junto con el acceso a agua limpia, también se deben realizar mejoras en el saneamiento y la higiene. Estas tres disciplinas se agrupan como una totalidad, ya que una no se puede considerar completa sin las otras.
Agua
El derecho al agua es el derecho de todos a disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, físicamente accesible y asequible para el uso personal y doméstico. La seguridad y la calidad del agua son fundamentales para el desarrollo y el bienestar humano
- Un servicio básico de agua potable significa que el agua de una fuente mejorada está disponible en la escuela. Las fuentes de agua potable mejoradas son aquellas que, por la naturaleza de su diseño y construcción, tienen el potencial de suministrar agua segura.
- En 2016, el 69 % de las escuelas tenían servicios básicos de agua potable. Sin embargo, esto significa que casi 570 millones de niño/as carecían de un servicio básico de agua potable en su escuela.
- Casi la mitad de las escuelas en el África subsahariana y más de un tercio de las escuelas en los pequeños estados insulares en desarrollo no tenían servicios de agua potable (en 2016).
Saneamiento
El derecho al saneamiento da derecho a todo el mundo a tener acceso físico y asequible al saneamiento, en todas las esferas de la vida, el cual debe ser seguro, higiénico, y social y culturalmente aceptable y debe brindar privacidad y asegurar la dignidad.
- Las instalaciones de saneamiento mejoradas son aquellas diseñadas para separar higiénicamente los excrementos del contacto humano, y se limpian regularmente.
- Las instalaciones se consideran utilizables si están disponibles para los estudiantes en todo momento, si son funcionales y privadas.
- En 2016, el 66 % de las escuelas tenían servicios básicos de saneamiento. Sin embargo, esto significa que más de 620 millones de niño/as en todo el mundo aún carecían de un servicio de saneamiento básico en su escuela.
- Solo el 17 % de los refugiados tiene acceso a saneamiento gestionado de forma segura en el lugar donde viven, lo que está muy por debajo del promedio global del 45 % para la población mundial.
Higiene
La higiene se refiere a las condiciones y prácticas que ayudan a mantener la salud y a prevenir la propagación de enfermedades, incluido el lavado de manos, el manejo de la higiene menstrual (MHM, por sus siglas en inglés) y la higiene de los alimentos
- Un servicio de higiene básico significa que las escuelas tienen instalaciones disponibles para lavarse las manos con agua y jabón. Los criterios adicionales para niveles de servicio avanzados incluyen lavado de manos grupal en momentos críticos, así como la provisión de orientación y materiales para el MHM.
- La promoción de la higiene que respalda los comportamientos, la participación de la comunidad y las acciones para reducir el riesgo de enfermedades es fundamental para una respuesta de WASH exitosa.
- Más de un tercio de las escuelas en todo el mundo y la mitad de las escuelas en los países menos desarrollados no tenían servicios de higiene, lo que afecta a más de 900 millones de niño/as.
- Más de una de cada tres escuelas primarias y una cuarta parte de las escuelas de secundaria no tenían servicios de higiene en 2016.
El acceso a un suministro de agua seguro y a una gestión segura de excretas se encuentran entre las necesidades más críticas en situaciones de emergencia. Sin ellos, existe un mayor riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y brotes relacionados con WASH. Las personas afectadas por las crisis son más susceptibles a enfermedades y muerte por enfermedad, particularmente diarrea y enfermedades infecciosas, y el riesgo es aún mayor para las poblaciones vulnerables como son los niño/as, las mujeres embarazadas y los ancianos. Lo/as niño/as menores de cinco años que viven en países afectados por conflictos prolongados tienen, en promedio, casi 20 veces más probabilidades de morir por enfermedad diarreica causada por la falta de agua potable, saneamiento e higiene que por violencia directa. Durante las crisis humanitarias, las enfermedades diarreicas representan el 40 % de las muertes en la fase de emergencia aguda y el 80 % de las muertes en niño/as menores de dos años.
Manejo de excretas
Un entorno libre de excrementos humanos es esencial para la dignidad, la seguridad, la salud y el bienestar de las personas. Todas las personas deberían tener acceso a inodoros apropiados, seguros, limpios, privados y fiables. Es importante tener en cuenta que la adecuación está determinada por las prácticas culturales, las costumbres, las percepciones y los hábitos diarios de las personas. llí donde los inodoros o los sistemas de saneamiento son inadecuados, los desechos humanos no tratados contaminan el medio ambiente y propagan enfermedades. Esto es especialmente apremiante para quienes se ven obligados a huir de sus hogares y carecen de estos servicios mientras están en tránsito o en campos de refugiados temporales
El agua, el saneamiento y la higiene en las escuelas
Todo niño/a tiene derecho a ir a la escuela en un entorno limpio y seguro. Cuando no hay agua potable, inodoros e instalaciones para lavarse las manos en la escuela, lo/as niño/as tienen que pasar tiempo fuera buscando agua en lugar de estar en una clase, lo que tiene serios efectos en el rendimiento académico de un estudiante y en la asistencia a la escuela. En 2016, un tercio de todas las escuelas primarias carecía de los servicios básicos de agua potable, saneamiento e higiene, lo que afecta la educación de millones de escolares, pero particularmente afecta a las niñas que deban manejar la menstruación.
Manejo de la Higiene Menstrual (MHM)
Al menos 500 millones de mujeres y niñas en todo el mundo carecen de instalaciones adecuadas para el manejo de la higiene menstrual. Las instalaciones inadecuadas de WASH, particularmente en lugares públicos como las escuelas, pueden representar un gran obstáculo para las mujeres y las niñas. El desafío al que se enfrentan las niñas y mujeres que menstrúan es a menudo menos tangible que la simple disponibilidad de infraestructura y está enraizado en las normas y creencias sociales. Además, los tabúes y estigmas atribuidos a la menstruación en ciertas culturas dan como resultado una cultura general de silencio sobre el tema, lo que resulta en información limitada sobre la menstruación y la higiene menstrual. Solo el 6 por ciento de las escuelas proporciona educación sobre el manejo de la higiene menstrual.
La ausencia de baños separados por sexo también es una fuente de vulnerabilidad para las estudiantes y maestras debido a estos riesgos, y proporciona una carga única para quienes necesitan manejar su higiene menstrual. Cuando no hay inodoros disponibles, no hay lugar para manejar la menstruación de forma privada e higiénica, esto genera tasas más altas de absentismo por parte de las adolescentes, o en muchos casos provoca el abandono de la escuela.
El objetivo del manejo de la higiene menstrual es garantizar que las mujeres y las niñas puedan manejar sus períodos de una manera que no solo sea saludable, sino que permita su plena participación en la escuela, en el trabajo y en otras actividades.
Esta recopilación fue llevada a cabo con el apoyo de Aysha Joan Liagamula Kayegeri, experta de la Common Wealth