Reapertura escolar: una experiencia compartida desde el sur de China
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Investigación de mejores prácticas de educación en emergencias (EeE), la experiencia epidemiológica de África occidental con el ébola, y la respuesta asiática a la epidemia a la gripe aviar SARS rindió aprendizajes valiosos -- hasta para una escuela ubicada en un moderno centro tecnológico.
A fin de cuentas, nuestro colegio lo tuvo fácil durante esta pandemia. Como institución privada, pudimos activar fondos de emergencia rápidamente, apalancar capital social y capital humano para lanzar nuestro programa virtual en la fecha anticipada después de regresar de un feriado nacional, y confiar en la conectividad a internet. Los salario fueron pagados, el acceso a la educación fue protegida, y nuestra comunidad escolar mantuvo la salud.
Reabriendo el colegio de manera segura en mayo, lo cual fue posible ya que contabamos con el servicio de agua potable en nuestro centro educativo, la disponibilidad generalizada de tests y los esfuerzos de nuestros padres y madres de familia en reportar sobre la salud de sus hijos e hijas. Precisamente debido a que nuestra comunidad escolar no se vió enfrentada por el hambre, la inseguridad en el hogar, ni la falta de recursos esenciales para protegerse en esta crisis sanitaria, hemos tenido la responsabilidad de considerar e implementa políticas y prácticas que aseguren calidad y equidad en cada fase de la experiencia educativa de los estudiantes.
Mientras tanto hemos hecho lo mejor que pudimos y hay bastante que mostrar de nuestros grandes esfuerzos, la realidad es que nuestro colegio queda en Shenzhen, China y estuvimos entre los primeros en responder a estas nuevas dinámicas circunstancias. Al momento que estábamos planeando la reapertura física del colegio, las redes de colegios internacionales, incluido el nuestro, todavía no se habían ofrecido ni las series webinar ni el asesoramiento para ayudar a los colegios como el nuestro a ajustarse a la “nueva normalidad”..
Por lo anterior, el triangular consideraciones de educación, salud pública, y sociología fue la oportunidad estratégica que pudimos identificar. Investigamos las mejores prácticas sobre la respuesta educativa en emergencias (EeE), la experiencia epidemiológica de África occidental con el ébola, y la respuesta asiática a la epidemia a la gripe aviar SARS rindió aprendizajes valiosas -- hasta para un colegio ubicado en un moderno centro tecnológico.
Además de las recomendaciones logísticas de los Normas Mínimas de la INEE, los cuales tienen cierta relevancia dependiendo del contexto, los hilos conectores del área de la EeE entre el bienestar emocional, la comunicación, y la coordinación han sido verdaderamente importantes en nuestro consorcio internacional que enseña y lidera en siete países distintos. Como rectora, la accesibilidad de los marcos teóricos de la EeE me orientó sobre áreas prioritarias de enfoque y me suministró información en lenguaje amigable con el cual pude facilitar reuniones virtuales bien articuladas sobre la reapertura, escribirles a los padres y madres de familia sobre el plan de recuperación, y enviarles mensajes a los estudiantes.
En nuestro colegio de inmersión bi-lingüística, estamos intentando desarrollar un currículo basado en el estudio de conceptos. Mientras que el currículo está alineado con los estándares nacionales y se manifiesta en los sujetos tradicionales, la idea es que nuestros estudiantes siempre hagan la conexión a las significantes comprensiones conceptuales que van más allá del rango de competencias y cursos. Extendiendolo a nuestra teoría de cambio, estamos tratando estratégicamente de preparar a adultos que tengan confianza y sean capaces de ser creativos y valientes en momentos similares en el futuro.
Pensando que lo que enseñamos esté relacionado con el trabajo que estamos liderando como educadores en la época de COVD-19, los conceptos STEM de relaciones, interacciones, y conexiones brotan como los más pertinentes. Al igual que mis pares de líderes escolares pueden empatizar, nuestro trabajo siempre se centrará en ese nexo intangible de lo global y lo específico; nuestras circunstancias actuales caracterizan esa verdad aún más. Dentro del contexto de reabrir colegios, estos tres conceptos nos brindan una lente a través de la cual consideremos este proceso.
El COVID-19 nos ha desafiado a pensar aún más cuidadosamente sobre las maneras que estamos relacionándonos con el colegio y los padres de familia. La gran mayoría de este trabajo se ha manifestado en la comunicación coordinada, y considerando la secuencia, la elección del momento oportuno, la honestidad, y la compasión que han sido primordiales. Hemos usado de manera intencional de tomar esta oportunidad seriamente para igualar nuestros estándares profesionales, y los valores fundamentales de la institución. Preguntarnos a nosotros mismos qué es lo relevante, cuándo y para quiénes, hemos mostrado nuestra intención de relacionarnos directamente con la gente que regresa y no solamente sus identidades asumidas de miembros de una comunidad educativa, personal, padres de familia, o estudiantes.
El abordaje integral que asumimos ha sido la experticia de los consejeros del colegio. Al incorporar principios fundamentales del Aprendizaje Socioemocional (SEL por sus siglas en inglés) ya integrados en el colegio, y al alinear nuestros planes lo mejor que pudimos con los lineamientos del IASC de Salud Mental y Apoyo Psicosocial en Emergencias, realizamos un plan de tres fases para facilitar la reapertura del colegio. Con un enfoque secuencial en 1. preparación, 2. prevención y 3. respuesta, hemos podido relacionarnos y luego cumplir mejor con las auténticas necesidades sociales y emocionales de los miembros de la comunidad escolar. Nuevas iniciativas como un Salón Para Reenfocar, un espacio no disciplinario para autorregulación, y un Equipo de Cuidadores recién contratados resaltan como ejemplos de soluciones adaptativas y que responden para apoyar igualmente a docentes y a estudiantes.
Ha sido asombroso pensar y subsecuentemente experimentar, las varias modificaciones de los componentes logísticos de una reapertura escolar. En muchos momentos, se sentíamos como si “el efecto dominó” de sólo un ajuste menor nos derrotaría. El mapear las maneras de manejar el horario, las regulaciones de salud, el transporte, transiciones estudiantiles, y personal reducido -- por nombrar sólo algunas cosas -- que interactuarían, pudimos mitigar algunas implicaciones adversas. Ha sido de vital importancia en este proceso el Marco Para Responder al COVID del Cluster Global de Educación. El diseño integrado de dicho marco nos entregó una clara trayectoria hacia objetivos medibles, actividades prácticas prioritarias y recursos relevantes. El lenguaje del marco que trata de sistemas resilientes e inclusivos reafirmó la interrelación profunda que veíamos y también la fragilidad del complejo trabajo de restauración que estábamos llevando a cabo con la reapertura.
En algunos círculos, una tesis emergente sobre esta experiencia con la pandemia es que todos estamos conectados. Como educadores, lo que elegimos a priorizar, cómo elegimos entregar nuestros mensajes y el espacio que elegimos trabajar tienen influencia más allá de nuestras relaciones cercanas, nuestro sector, y los países donde trabajamos. La ausencia física y la presión emocional experimentadas por tantos son difíciles de reconciliar con la realidad que, a través de tecnología, tenemos más conexión que nunca, ya sea de manera productiva o social. Esta yuxtaposición plantea un desafío interesante para nosotros mientras tomemos nuestras próximas decisiones iterativas sobre el tipo de conexiones que esperamos en nuestros colegios una vez reabiertos. Al tomar esas decisiones significantes, hay una multitud de respuestas correctas; y el contexto importa profundamente. Nos tocará ser suficientemente sabios al reconocer y adoptar la guía que ciertamente nos llegará.
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Alli Spring ha pasado los últimos tres años trabajando en NCIC-Immersion School en Shenzhen, China como Rectora Fundadora y de Secundaria. Anteriormente como docente de español, el papel que Alli ha tenido en establecer este programa de inmersión bi-lingüística ha centrado en el diseño de currículo, la capacitación de docentes, y construir los sistemas académicos necesarios para lanzar una institución emergente. En los últimos meses, aún así, Alli ha utilizado los aprendizajes de su pasantía con Fundación Escuela Nueva y su servicio en Colombia como voluntaria de Cuerpo de Paz para asegurar la continuidad y calidad de programación educativa para sus estudiantes en Shenzhen dentro del contexto de COVID-19.