La colaboración es la clave: Lecciones para la protección de la niñez y adolescencia y la educación en situaciones de emergencia

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Protección infantil
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Si usted fuera un niño/a o un/a joven viviendo en un campo de refugiados, en una zona de conflicto, o en una comunidad devastada por un terremoto o una tormenta tropical, ¿qué es lo que más desearía en el mundo?

 Para muchos de los niños, niñas y adolescentes en contextos de crisis con los que trabajamos, la respuesta es sencilla: quieren sentirse seguros, tener un techo, comida y agua, y regresar a clase.

Los organismos humanitarios deben esforzarse al máximo por escuchar las voces de niños, niñas y adolescentes para apoyarles de forma integral priorizando su bienestar en cualquier intervención. Abordar las necesidades de manera eficiente exige de nosotros que colaboremos entre los sectores específicos en los que se divide el conjunto completo de la respuesta humanitaria, incluyendo a los socios que participan en su ejecución, los sistemas de las Naciones Unidas y los donantes.

 El impulso a favor de la programación conjunta e integrada entre la Protección de la Niñez y Adolescencia en la Acción Humanitaria (CPHA) y la Educación en Situaciones de Emergencia (EeE) no es nuevo. Desde la fundación de la INEE en el año 2000, se han realizado esfuerzos para garantizar que la educación en situaciones de emergencia ofrezca a los niños y niñas protección y seguridad, así como que fomente el desarrollo cognitivo y social. Los profesionales son conscientes de que aunque las aulas pueden ser lugares de refugio y sanación, sin formación, apoyo y supervisión pueden convertirse en lugares de abuso y trauma.

cover imageLa INEE y La Alianza por la Protección de la Niñez y Adolescencia en la Acción Humanitaria (La Alianza) se han unido para desarrollar en un nuevo documento de posición que muestra las evidencias que respaldan la colaboración y la integración entre ambos sectores, ofreciendo una justificación lógica para el trabajo intersectorial basado en el bienestar y el desarrollo integral de la niñez. El documento incluye un sumario de los desafíos y las oportunidades, y establece recomendaciones claras que trazan el camino para una colaboración sistemática y planificada.

El documento se basa en la investigación realizada a lo largo de 2020, a partir de normas mínimas, publicaciones, directrices y protocolos que se remontan a 20 años atrás, así como en entrevistas con un grupo diverso de profesionales e informantes clave. Es alentador observar el nivel de apoyo y entusiasmo por la colaboración transversal, y es urgente que lo aprovechemos de cara al futuro.

Las principales conclusiones de la investigación muestran que una programación conjunta e integrada puede resultar en programas más eficientes, mejor orientados, y más eficaces que tengan como consecuencia última mejores resultados para niños, niñas y adolescentes. Para lograrlo, el documento recomienda que las agencias ejecutoras, las redes, los clusters, los donantes y los ministerios gubernamentales diseñen, implementen e inviertan en la colaboración entre la CPHA y la EeE. Además, debería invertirse en más análisis, evaluaciones e investigaciones para incrementar las evidencias del valor de la programación conjunta e integrada, especialmente en contextos de crisis. Mediante un mayor desarrollo de las muestras de su eficacia, la INEE y La Alianza creen que se pueden reforzar y fomentar aún más los argumentos a favor de la colaboración.

Otro aspecto que surgió con fuerza en la investigación fue la necesidad de situar al niño/a en el centro del diseño del programa, priorizando el bienestar y el desarrollo saludable de la niñez dentro de una programación integrada. Con este enfoque, ambos sectores pueden ver cómo sus intervenciones podrían repercutir en el desarrollo del niño/a y cómo, trabajando juntos, se puede maximizar el impacto.

Otras grupo de recomendaciones hacen referencia a la necesidad de desarrollar recursos prácticos que respalden el trabajo intersectorial. Para abordar esto, la INEE y La Alianza han continuado colaborando a través de la iniciativa de CPHA-EiE que une ambas redes y que está coordinada y supervisada por un grupo asesor interagencial. El proyecto ya ha apoyado el trabajo intersectorial sobre el COVID-19, ha elaborado un anexo a los marcos de competencias de los dos sectores y ha producido un módulo de aprendizaje en línea. El próximo recurso será un marco operativo o conjunto de herramientas para sistematizar la colaboración entre los dos sectores. Este recurso estará basado en las Normas Mínimas de Protección de la Niñez y Adolescencia y las Normas Mínimas de la INEE y hará uso de un enfoque basado en derechos y centrado en el bienestar que promueva un desarrollo saludable.

Apoyándose en el trabajo de las dos redes y sus miembros, el proyecto pretende que la programación conjunta e integrada se convierta en la norma a la hora de trabajar con niños, niñas y jóvenes en contextos de crisis, garantizando que puedan desarrollarse y crecer en entornos enriquecedores y protectores.

Mark Chapple  es el punto focal técnico de la colaboración entre la Protección de la Niñez y Adolescencia y la Educación en Situaciones de Emergencia. Para saber más sobre este documento y sobre el proyecto de CPHA-EeE puede contactar con él en esta dirección de correo electrónico: [email protected].