El desarrollo de la primera infancia tras los incendios forestales de 2016 en Alberta, Canadá
Los incendios forestales de 2016 en Alberta, Canadá, crearon numerosos desafíos para las familias con niños y niñas menores de 5 años, debido al limitado acceso post-desastre a los programas, recursos y apoyos para el ECD. Inmediatamente después del incendio forestal, las familias se esforzaron por conciliar las actividades de recuperación con las responsabilidades del cuidado de los niños y las niñas, lo que afectó negativamente a su recuperación general. En este artículo, analizamos tres retos principales experimentados por las familias con niños y niñas de corta edad, después de los incendios forestales: el acceso inadecuado a los servicios de cuidado infantil, la falta de disponibilidad y financiación de los programas y recursos para el ECD y el apoyo limitado a la recuperación a largo plazo para las familias. Debido a su temprana etapa de desarrollo, los niños y niñas de corta edad son especialmente vulnerables a los efectos adversos de un desastre y dependen de sus cuidadores adultos, por lo que es esencial comprender los desafíos únicos a los que se enfrentan las familias tras una catástrofe. La exposición prolongada de los niños y las niñas al estrés de un entorno de catástrofe se agrava cuando padres y madres tienen un acceso limitado a programas, recursos y apoyos clave durante los periodos más cruciales de reconstrucción y recuperación. Los resultados que presentamos en este artículo proporcionan información sobre el papel fundamental que desempeñan la preparación y la planificación ante desastres y las emergencias en la prestación de servicios y la infraestructura de ECD, así como sobre la necesidad de los esfuerzos de recuperación para «reconstruir mejor». Aconsejamos a todos los niveles de gobierno que consideren el ECD y la provisión de atención a la niñez como servicios esenciales durante los desastres naturales, las crisis y las pandemias. Además, les aconsejamos que realicen las inversiones financieras necesarias para garantizar la sostenibilidad de las operaciones de recuperación, incluidas las infraestructuras, la prestación de servicios de ECD y la contratación de educadores que puedan ofrecer un aprendizaje temprano y una atención a la niñez de alta calidad y asequibles en entornos post-desastres.